Hace algunas semanas encontré un artículo presentado en la página web de la Unión Astronómica Internacional con el título que usé para esta entrada [1]. Me llamó la atención inmediatamente, por supuesto. La razón es simple: Desde que entré a estudiar mi carrera, cada vez que interactúo con alguien y cuento lo que hago, recibo una cara de desconfianza... o de duda... o incluso de lástima! “¿Y para qué sirve eso?”, “¿Cuál es el campo laboral?” son algunas de las frases que escucho SIEMPRE (un caso aparte es el sorprendente número de personas que afirma que siempre soñó ser astrónomo cuando chico, pero cuando había que elegir, eligieron “en serio”).
La
astronomía, en apariencia, es una ciencia alejada de la realidad de
las personas. Es cierto, no estamos buscando la cura del cáncer, ni
la paz mundial, ni la pizza perfecta. A nadie le parece demasiado
fundamental ni le dedicaría tanto tiempo a la zona de formación
estelar en dirección al centro Galáctico que por estos días me
tiene muy ocupada en mi trabajo. Y bueno, no puedo culparlos. Pero
la astronomía tiene un impacto en nuestra vida diaria, y en esta
columna quiero comentar el artículo mencionado antes, y mostrar ese
rol que existe desde...que el hombre es hombre. Daré algunos
ejemplos, nombrados en el artículo, de cómo, gracias a la astronomía, se han desarrollado
tecnologías que usamos todos.
Una “selfie” para el Facebook.
Las
cámaras digitales revolucionaron la fotografía. Nada más fácil
que sacar mil fotos donde quieras, sin la limitación del rollo,
asegurándote que salgas en tu mejor ángulo, y acumulando miles de
gigabytes de imágenes. Pues bien, esa nueva y revolucionaria
tecnología fue posible gracias al Charged Couple Device o CCD
(dispositivo de carga acoplada en español). En palabras simples,
este dispositivo convierte las partículas de luz (fotones) recibidas
en corriente eléctrica. William Boyle y George Smith recibieron el
premio nobel el 2009 por inventar los primeros dispositivos. Y, sí
señor, uno de los primeros usos de estos dispositivos fue en los
telescopios, reemplazando las placas fotográficas.
Típicamente,
nos sacamos una foto, y queremos compartirla en las redes sociales,
conectándonos inalámbricamente, o por WLAN. La tecnología de WLAN
(que es usada en el Wi-Fi) está basada en un método usado por John
O'Sullivan en 1977 para mejorar imágenes tomadas por
radiotelescopios (o antenas que observan en el rango de longitud de
onda correspondiente a mm-cm. Un ejemplo famoso de radiotelescopio es
el proyecto ALMA, el más grande del mundo, ubicado en Chile).
CCD, el pequeño chip presente en los telescopios y en nuestras
cámaras y smartphones
Fuente:
Google Images
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Astronomía y Medicina: el afán de ver más allá.
Mi
abuelita una vez me dijo que era una lástima que yo iba a ser de los
doctores inútiles... Chiste aparte, astronomía
y medicina comparten una limitación importante: necesitan analizar
con detalle ambientes difíciles de observar. Técnicas salidas de la
radioastronomía son usadas para la detección de tumores; sensores
de temperatura para controlar telescopios son usados también para
controlar calefacción en unidades de neonatología, y un escáner de
rayos X desarrollado por la NASA es usado en los aeropuertos.
No
todos son instrumentos: un software diseñado para procesar imágenes
de satélites tomadas en el espacio también ayuda a investigadores
médicos a detectar signos de Alzheimer en escáner cerebrales.
Y
siguiendo con softwares, hay mucho ejemplos donde softwares diseñados
para análisis en astronomía son utilizados por empresas de
comunicaciones, ingeniería, energía.
Una
imagen de rayos X de un tórax humano
Fuente:
Google Images
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Nuestra idea del tiempo...y la Humanidad.
La
necesidad de organizar el tiempo ha estado presente en la mayoría (sino
todas!) las civilizaciones. Y en todos los casos, estos calendarios
se crearon a partir de la observación de los ciclos de la Luna y el
Sol, o incluso Venus. Sin ir más lejos, el año nuevo mapuche, el We
Txipantü, coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio
sur, o más bien, unos días despúes, cuando el sol empieza a regresar
a tierras mapuches (wiñol-txipan-antü).
Un significado poético y un agudo conocimiento de los
ciclos terrestres alrededor del Sol.
Una
de las primeras cosas que hizo la Humanidad fue mirar el cielo e
interesarse por el espacio. Hermosas historias mitológicas están
escritas en las estrellas y la proyección aparente de su posición,
llamadas constelaciones. Además, han guiado a navegantes a través
de los siglos. Y nos han dado una posición en el Universo. Cuando
Copérnico descubrió que la Tierra no era el centro del Universo, no
sólo hizo un avance científico, sino que causó una revolución en
la historia que influyó en la religión, ciencia y la sociedad en
general. Y ahora que entendemos que somos una parte muy
insignificante en un Universo que se expande aceleradamente, buscamos
en las estrellas más respuestas a nuestras preguntas fundamentales,
como cuál será nuestro destino, o si somos los únicos en este
espacio que parece infinito.
Para
terminar, sólo quiero decir que, además de todos los beneficios y
desarrollo que han sido posibles gracias a la astronomía, para mí
es interesante sólo porque sí. Porque el trabajo creativo, como lo
es también el arte, sin ningún otro motivo aparente, son un bien
superior para todos.
[1]
el link al artículo mencionado. En inglés.
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