¿Quién no ha tenido un
amigo o conocido hipocondriaco?; ¿Ese que requiere de medicamentos para todo, o
bien que con sólo ver al doctor (con su bata blanca y estetoscopio) se recupera?
Parece ser que dicho prototipo es bastante común, con tanto coctel de
medicamentos dando vuelta hoy en día ello no debiese sorprender. Sin embargo
este prototipo, si bien cómico, trae a la palestra preguntas interesantísimas
acerca del efecto real de la mente en nuestro cuerpo, de como nuestras
experiencias, expectativas y condiciones son capaces de generar una respuesta
fisiológica en nuestro organismo, sea esta positiva o negativa. Estas preguntas
parecen ser bastante nuevas, siendo actualmente estudiadas por muchos
científicos en el mundo. Sin embargo el uso de las emociones pera generar
cambios físicos fue un recurso, si bien no entendido, utilizado por médicos en
el siglo 18 (cuando fue por primera vez documentado*) y probablemente con
anterioridad. En ese entonces, la tarea de los médicos no se reducía sólo a
curar el malestar físico del paciente, sino además incluía el uso de medidas
alternativas que ayudaran al paciente a sentirse mejor física y mentalmente. Entre
estos recursos estaban algunos bastante sencillos, como el sugerir cambios de
ambiente o el recetar alguna rutina, y otros más osados, como era el uso de píldoras
"falsas" cuyo único fin era mejorar el animo, la motivación y/o las
expectativas del paciente.
El uso de sustancias placebo
en la actualidad es común en pruebas clínicas de nuevos medicamentos, donde a
uno de los tantos grupos control se les informa que la sustancia que recibirán
tendrá algún tipo de efecto terapéutico. En el efecto Placebo clásico, una
persona conscientemente cree que una sustancia es terapéutica y esta creencia
tiene consecuencias fisiológicas positivas, tales como disminución del dolor,
alivio de ciertos síntomas, etc. Lo contrario a este efecto es el efecto
Nocebo, donde una actitud o experiencia negativa conducen a un aumento de dolor
u otro efecto no deseado. Por ejemplo, como comentare mas adelante, un paciente
puede sufrir dicho efecto al ser informado por el medico sobre los posibles efectos
secundarios de una droga recetado o al recibir detalles y estadísticas acerca de
la enfermedad de la que ha sido diagnosticado (en algunos casos con doctores
que poco cuidan las palabras y el modo de informar).
Como indiqué
anteriormente este efecto no es nuevo, siendo utilizado antiguamente por
médicos como parte de la terapia. Sin embargo, desde mediados del siglo 19,
cuando las enfermedades comenzaron a ser estudiadas específicamente desde un
punto de vista físico y/o químico, el uso de este efecto como recurso medico se
volvió algo negativo. Un recurso que no respondía a la ciencia medica, sino más
bien a charlatanes y a falsas creencia de gente hipocondriaca. Pese a dicho
periodo de rechazo y negación, parece ser que el efecto placebo ha regresado
con más fuerza [1]. No como un recurso de charlatanes (los cuales nunca
faltan), sino más bien como un tópico de estudio e interés para muchos
científicos, con el fin de entender los fundamentos neurobiológicos reales de
éste en nuestro cerebro y cuerpo.
El poder del efecto Placebo
(y también su antagonista) han sido demostrados en varios estudios. En uno de
ellos, por ejemplo, se estudió el efecto de expectativas y condicionamiento en
60 pacientes que fueron sometidos a un procedimiento que causaba dolor en el
brazo [2]. Algunos pacientes recibieron una inyección y se les dijo que dicha inyección
intensificaría el dolor (en realidad esta era una simple solución salina, que
al igual que píldoras azucaradas, son la forma más común en las que se
administra una sustancia placebo); los otros participantes también recibieron
la inyección, pero antes recibieron un analgésico. En ambos grupos el dolor
aumentó, demostrando que expectativas negativas son un poderoso efecto Nocebo
en el caso de dolor, superando incluso la acción de los analgésicos, ,las
expectativas jugaron un rol mayor a los medicamentos. Este estudio encontró que
si bien expectativas afectaban a sensación de dolor y procesos motores, éstas
no afectaron la secreción de hormonas (como veremos luego ello requiere además cierto
condicionamiento). Otro ejemplo de este efecto fue observado en un estudio
donde los pacientes fueron informados de los efectos secundarios de cierta
droga durante una prueba clínica, algunos de los pacientes dejaron la prueba debido
a sufrir alguno de esos efectos (aun cuando ellos en realidad estaban tomando
la sustancia placebo y no la droga real)[3].
Bueno, no todo es tan
negativo así que dejemos de lado el efecto Nocebo y centrémonos en el efecto Placebo
como recurso medico. Aquí describiré un estudio sobre éste, el cual ejemplifica
el efecto farmacológico del efecto Placebo, no a través del uso de expectativas
sino a través del condicionamiento En este estudio se demostró que
condicionamiento puede tener un efecto similar a aquellos producidos por la
droga administrada con anterioridad [5]. En este estudio un grupo de ratas fue
condicionada a recibir una droga inmunosupresora, la cual es utilizada para
prevenir el rechazo frente a un trasplante de órgano (reduce la actividad del
sistema inmune), junto con la droga la ratas recibían una dosis de agua
endulzada con sacarina. La ingesta conjunta de la droga y la solución dulce
hizo que las ratas aparentemente asociaran la droga con la solución dulce. Esto
se confirmo luego cuando, incluso recibiendo sólo la sustancia dulce y no la
droga, se observó una disminución en la respuesta inmune de las ratas
estudiadas, sugiriendo que la sustancia dulce era suficiente señal para que el
cerebro enviara un mensaje al sistema inmune y redujera su funcionamiento (una
respuesta antes no utilizada por las ratas pero adquirida por condicionamiento).
Este estudio resultó particularmente interesante, dado que las ratas no son conscientes
de creer que el brebaje es terapéutico, ello demuestra que el efecto Placebo no
requiere necesariamente que un individuo crea que el resultado será positivo
(efecto Placebo clásico), sino que éste también puede ser es una respuesta
conjunta del cuerpo y el cerebro. Un resultado similar fue luego observado en
humano. Ello nuevamente da cuenta del potencial que el efecto placebo tiene como
recurso medico, diseñar terapias utilizando esta recurso de acuerdo a las característica
físicas y psicológicas de cada paciente es un desafío muy interesante para médicos,
científicos y psicólogos, quizás medidas muchos mas simples como una mejor comunicación,
un cambio en el estilo de vida puede complementar enormemente una terapia únicamente
basada en drogas.
Para cerrar, los dejo con este trabajo que si bien antiguo me pareció muy
interesante y sorprendente [4]. Este estudio, llevado a cabo en 1981, dio
cuenta que las características de la sustancia placebo, ya sea color, tamaño o
dosis, estaban directamente relacionadas con el efecto que éstas generaban en
los pacientes: por ejemplo se concluyo que las inyecciones eran la ruta mas
efectivas de administración y que las capsulas resultaban ser mas efectivas que
las pastillas; así también se concluyo que el color de la pastilla podía
conducir a un mayor o menor efecto y que dosis mayores conducían a un mayor
efecto placebo. Parece ser que nuestra mente es mucho mas poderosa de lo que
creemos!!! (aquí un par de ejemplos más https://www.youtube.com/watch?v=yfRVCaA5o18)
Con esta cantidad de estudios y resultados se ha abierto un debate interesante dentro de la comunidad medica, por ejemplo, respecto a la importancia de la comunicación medico-paciente (con el fin de evitar la aparición del efecto Nocebo al informar al paciente sobre efectos secundarios) y respecto a el uso del efecto Placebo en la recuperación del paciente. El debate tiene varias aristas, por una parte están los resultados positivos que respaldan que su uso puede ayudar en la recuperación (o también en el deterioro) del paciente. Considerando este aspecto uno podría pensar que un mayor conocimiento de estos efectos podría ayudar a los médicos a utilizar como un recurso medico. Sin embargo, por el otra parte está el derecho de los pacientes a ser informados, con bases científicas, sobre los efectos positivos y negativos del tratamiento al que se someterán. Si bien la aplicación de estos descubrimientos en el área medica podría tardarás años (debido a los aspectos éticos involucrados) es claro para la ciencia que nuestra relación cuerpo-mente está lejos de ser del todo entendida, y queda mucho mucho por entender.
Con esta cantidad de estudios y resultados se ha abierto un debate interesante dentro de la comunidad medica, por ejemplo, respecto a la importancia de la comunicación medico-paciente (con el fin de evitar la aparición del efecto Nocebo al informar al paciente sobre efectos secundarios) y respecto a el uso del efecto Placebo en la recuperación del paciente. El debate tiene varias aristas, por una parte están los resultados positivos que respaldan que su uso puede ayudar en la recuperación (o también en el deterioro) del paciente. Considerando este aspecto uno podría pensar que un mayor conocimiento de estos efectos podría ayudar a los médicos a utilizar como un recurso medico. Sin embargo, por el otra parte está el derecho de los pacientes a ser informados, con bases científicas, sobre los efectos positivos y negativos del tratamiento al que se someterán. Si bien la aplicación de estos descubrimientos en el área medica podría tardarás años (debido a los aspectos éticos involucrados) es claro para la ciencia que nuestra relación cuerpo-mente está lejos de ser del todo entendida, y queda mucho mucho por entender.
[1] Benedetti et al. "A Comprehensive Review of the Placebo Effect: Recent
Advances and Current Thought". Annu.
Rev. Psychol. (2008),
59, 565-590; Niemi MB " Placebo Effect: A Cure in the Mind". Scientific American (2009), 42.
[2] Benedetti et al. "Conscious Expectation and Unconscious Conditioning in
Analgesic, Motor, and Hormonal Placebo/Nocebo Responses", J. Neuroscience
(2003), 23, 4315-4323;.
[3] Enk P. et al. "Nocebo Phenomena in Medicine" Dtsch. Arztebl. Int. (2012),109,
459-65
[4] Buckalew L.W. & Ross S. "Relationship of perceptual characteristics to efficacy of placebos"
(1981) Psychol. Rep., 49, 955-961
[5] Pacheco-López G. et al. "Neural
Substrates for Behaviorally Conditioned Immunosuppression in the Rat", J. Neuroscience (2005), 25,
2330-2337.
*“[A]n important lesson
in physic is here to be learnt, the wonderful and powerful influence of the
passions of the mind upon the state and disorder of the body” (una
lección importante en física está aquí para ser aprendida, la maravillosa y poderosa
influencia de las pasiones de la mente sobre el estado y trastornos del
cuerpo) citado por de Craen et al. 1999.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario